La persona que realmente se aprecia aprende a cuidarse, es decir, a utilizar los recursos que están a su alcance para nutrir su energía vital y serenidad mental. En este ejercicio invitamos al lector a explorar y tomar conciencia de los recursos.
Para comenzar, dedique unos momentos a relajarse, a concentrarse, respirando pausada y sosegadamente, con los ojos cerrados y en una postura apropiada. Y entonces hágase las siguientes preguntas: ¿Quienes son las personas cuya presencia, compañía y conversación me infunden paz y vigor? ¿Cuales son los lugares donde suelo recuperar la serenidad y el gozo de vivir? ¿Cuales son las actividades de las que suelo obtener renovadas energías para enfrentarme con mas confianza al estrés de mi vida cotidiana?
Toma entonces una hoja en blanco y divídela en tres columnas verticales del mismo ancho y titula así cada columna: Personas nutricias, lugares nutricios, actividades nutricias. Debajo de cada uno de estos títulos enumera generosamente las correspondientes personas, lugares y actividades. Luego lee pausadamente lo que has escrito, visualizando esas personas, lugares y actividades con la mayor claridad posible. Responde entonces las siguientes preguntas: ¿Cuantas veces has utilizado estos recursos en los dos últimos meses? ¿Cuales de ellos te conviene utilizar en un futuro próximo, como y cuando debes hacerlo? También te recomendamos que compartas con una persona o grupo de tu confianza lo que has descubierto o sentido durante el ejercicio.
(J.V. BONET, se amigo de ti mismo. Manual de ti mismo)
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